Hostilidades en tierra adentro

La barbarie (Argentina-Francia/2023). Dirección: Andrew Sala. Elenco: Ignacio Quesada, Marcelo Subiotto, Tamara Rocca, Lautaro Souto. Guión: Andrew Sala, Ulises Porra. Fotografía: Manuel Rebella. Edición: Andrés Tambornino. Sonido: Nahuel Palenque. Distribuidora: Santa Cine. Duración: 93 minutos. Salas: Gaumont, Atlas Patio Bullrich, Showcase Belgrano y Norte, Cinépolis Mendoza, Espacio Incaa Cine Avenida Bolivar, E. Incaa Centro Municipal Tapalqué.

Por Hernán Cortés

Nacho (Ignacio Quesada), un joven de unos 18 años, arriba de sorpresa a la estancia de su padre Marcos (Marcelo Subiotto), de quien se encuentra distanciado, con la idea de quedarse un tiempo allí. Al parecer, no la estaba pasando bien en Buenos Aires junto a su madre. Sin embargo, no es el mejor momento para visitas: en vísperas de un remate, un serie de vacas han aparecido muertas sin que nadie pueda explicar la causa, lo que tiene a Marcos preocupado.

Las alteridades, el choque de universos, las diferencias de clase son temas que el cine ha tratado hasta el cansancio. Casi una década después de Pantanal (2014), el estadounidense radicado en Argentina Andrew Sala vuelve a situar a un foráneo en tierra adentro, que será destinatario del recelo de los lugareños. Es el caso de Nacho, que recibirá esa hostilidad por partida doble: en primer lugar de su padre, que no termina de confiar en él, y por otro lado, de la familia de caseros del lugar, en especial cuando intente acercarse a una de sus hijas, donde se llegará incluso a la agresión física.

Apoyada en una fotografía que acentúa ese territorio inhóspito, La barbarie (título más que elocuente) funciona como un thriller seco, climático, donde se percibe mucho más de lo que se dice. Estos rencores cruzados irán aumentando al compás de cada vaca que caiga redonda, pero una revelación sobre el final llevará las cosas a un punto de no retorno. Un poco como sucedía en El siervo inutil (Fernando Lacolla), recientemente estrenada en el Bafici y con la que La barbarie tiene puntos de contacto: una violencia que se incuba hasta que cede el dique de contención.