Todo sobre mi padre (y el cine)

Como el cielo después de llover (Colombia-Argentina/2020). Dirección: Mercedes Gaviria Jaramillo. Guión: Mercedes Gaviria Jaramillo. Fotografía: Mercedes Gaviria Jaramillo. Edición: Mercedes Gaviria Jaramillo. Sonido: Marcos Canosa. Distribuidora: PCI. Duración: 76 minutos. Salas: Centro Cultural San Martín (también disponible en el sitio Puentes de Cine)

Por Hernán Cortés

Mercedes Gaviria Jaramillo tiene 30 años, estudió dirección y sonido en la FUC y es hija de Víctor Gaviria, realizador colmbiano que supo retratar la violencia del Medellín de los 80 y 90, por lo que se infiere que buena parte de su vida transcurrió entre cámaras y rodajes. Su ópera prima Como el cielo después de llover, que pasó por Rotterdam y Mar del Plata, entre otros festivales, confirma esta presunción. Se trata de una propuesta tan personal, que Mercedes no solo estuvo a cargo de la dirección, el guión y el sonido, sino también del montaje y la fotografía.

 

Luego de un comienzo con imágenes de Buenos Aires, Mercedes se traslada a su Medellín natal convocada para participar de La mujer del animal, película que Víctor dirigió en 2016 y basada en un caso de violencia de género ocurrido en esa ciudad. El reencuentro con su padre (en principio por estrictos motivos laborales, aunque luego se verá que el vínculo va más allá) provoca en ella un viaje al pasado. Cuando Mercedes era niña, Víctor registraba cotidianamente la intimidad de su hogar, que componen además su mujer y su otro hijo. Alternando ese material de archivo -en el que vemos los clásicos jugueteos infantiles- con filmaciones del backstage de la película en la que está trabajando (algo así como una bitácora de rodaje), la directora traza una mirada, en perspectiva pero también en presente, sobre una dinámica familiar en la que cine y vida nunca fueron asuntos separados.

Sin mostrarlo como un padre ausente, Mercedes deja en claro que Víctor siempre estuvo absorbido por viajes y películas (un ejemplo es el tono resignado del diario que escribía su madre). Aun así, no hay aquí ajuste de cuentas ni nada parecido, solo una hija tratando de entender a alguien que a su vez parece comprender al mundo solo a través de una cámara. Con la particularidad de haber heredado el oficio, acaso el replanteo sea también hacia ella misma.