En la Competencia Argentina se presentó Mamá mamá mamá, debut de Sol Berruezo Pichon-Rivière, un bello comig of age femenino.
Por Hernán Cortés
¿Quién está preparado para afrontar una muerte cuando recién está asomando a la vida? En Mamá mamá mamá, de la debutante Sol Berruezo Pichon-Rivière, una tragedia atraviesa a la familia de Cleo, de 12 años: su hermana, un poco menor que ella, muere ahogada en la pileta de la casaquinta donde vive con su madre que, lógicamente, queda devastada. Intentarán hacerse cargo de Cleo su tía y sus tres primas, que también promedian su misma edad.
Pese a su breve duración (poco más de una hora) y su acotada acción dramática, la película -que ganó el consurso de operas primas del INCAA en 2017 y tuvo un paso previo este año por los festivales de Berlín y San Sebastián- está repleta de climas y hallazgos. Con un tono que recuerda a Abrir puertas y ventanas (Milagros Mumentheler) o al cine de Lucrecia Martel, este grupo de chicas -siempre con el punto de vista de Cleo- pasará esos días de verano entre el dolor, el extrañamiento, el despertar sexual y esa inocencia que se resiste a irse del todo. De los adultos apenas veremos sus contornos, cuando no están directamente ausentes.
Apelando a planos detalle y a un eficaz uso del sonido, Berruezo Pichon-Rivière construye este bello coming of age femenino, que se sostiene gracias a la notable performance de las jóvenes actrices. Un duelo puede ser también una oportunidad para descubrir y descubrirse.
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