-Monos, de Alejandro Landes, fue una de las películas más elogiadas y se quedó con el galardón del público.
-Las visitas de Ethan Coen y Michael Shannon y el reconocimiento a Víctor Gaviria fueron los eventos más destacados de este año.
-Luego de una apertura con polémica, la organización repudió los abucheos a la vicepresidenta de Colombia y el crítico discurso del director Rubén Mendoza.
Por Hernán Cortés
(Desde Cartagena de Indias)
Con una breve ceremonia realizada en el Teatro Adolfo Mejía y la posterior proyección del documental sudanés Talking About Trees, el lunes 11 finalizó la 59ª edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI), en la que se entregaron los premios otorgados por el público y los patrocinadores. Se trató de las únicas distinciones, ya que este año no hubo competencias oficiales, que fueron reemplazadas por secciones temáticas. En todo caso, el reconocimiento fue masivo: todas los títulos locales participantes en los apartados Ficciones de aquí y Documentes recibieron $ 10.000.000 por parte del festival, a excepción de los elegidos por los espectadores, que obtuvieron $12.000.000 (Monos, de Alejandro Landes, y La Paz de Tomás Pinzón Lucena resultaron los ganadores).
Pese a las reservas que pudo haber provocado esta decisión de Felipe Aljure, flamante director artístico de un festival tradicionalmente “competidor”, lo cierto es que las películas se defendieron por sí solas y hubo un buen nivel de programación en general, que al fin y al cabo es lo más importante. Con las secciones Migración y mestizaje y Ficciones como platos fuertes, valiosas propuestas de cine local y regional giraron en torno a la impronta inclusiva que este año propuso el FICCI, mientras que varios de los films que completaron la grilla tuvieron un paso previo por otros festivales como Cannes, Locarno y San Sebastián.
Por caso, se mantuvieron las visitas de renombre. Este año, los invitados fueron el director, guionista y productor Ethan Coen y el actor Michael Shannon, quienes brindaron sendas charlas con el público y presentaron algunas de sus películas. En el plano local, el homenajeado fue Víctor Gaviria, figura central del cine colombiano contemporáneo y cronista de una época en la que la violencia tenía en jaque al país.
Pero el FICCI había empezado con polémica. Gente ligada al festival afirma que el acto de apertura, al que generalmente asiste un funcionario nacional, suele ser una especie de cabildo abierto y ésta vez no fue la excepción. Durante su alocución, la vicepresidenta Marta Ramírez fue abucheada y, posteriormente, Rubén Mendoza, el director de Niña errante, la película inaugural, cargó duro contra el gobierno en su discurso. En consecuencia, la organización del FICCI emitió un comunicado en el que, sin dar nombres propios, repudió los dichos de Mendoza. “El festival a lo largo de 59 años ha permitido el diálogo, el intercambio creativo y la libertad de expresión en un ambiente de reflexión y pensamiento, dentro del respeto absoluto a la diversidad de miradas. (…) No compartimos la utilización de este espacio para promover agendas que le resten protagonismo a las oportunidades de encuentro que este festival propicia para beneficio de toda la comunidad cinematográfica”, rezaba parte del texto.
Párrafo final para la buena respuesta del público, que en algunos casos abarrotó las salas. Entre ellos, muchos jóvenes que fueron beneficiarios de otra de las medidas integradoras de este año: el FICCI acredita a todo estudiante que se postule, no necesariamente de la carrera de cine, inclusive de nivel secundario. Posiblemente sean los cinéfilos del futuro que le seguirán dando vida a este festival.
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