Por Hernán Cortés
Pocos cineastas como Jean-Pierre y Luc Dardenne expusieron el desamparo que sufre la mujer en ciertos sectores de la sociedad europea. Alli están algunas de sus películas para confirmarlo: Rosetta (1999), El silencio de Lorna (2008) y Dos días, una noche (2014), desgarradoras historias en la que una abnegada protagonista afronta en soledad múltiples conflictos (deudas, desempleo, embarazos).
Por similar problemática y austeridad escénica, el cine de los hermanos belgas resulta una notoria influencia para La lección, película búlgara también dirigida a cuatro manos (Kristina Grozeva y Petar Valchanov, autores además del guión) y cuyo estreno aquí debe ser el primero proveniente de aquel país en mucho tiempo. El film se centra en Nadezhda, una joven profesora de inglés agobiada por su situación económica. Su marido -practicamente un inútil- compra un motorhome que no puede pagar, y así comienza para Nadezhda una cadena de deudas que van desde un leonino crédito bancario hasta un préstamo de tintes mafiosos, pasando por una humillante visita a su padre.
Una nerviosa cámara de mano -otro recurso dardenneano- sigue bien de cerca esta suerte de carrera de obstáculos (en algunos momentos burocrática, en otros peligrosa) que padece la protagonista, cuya fuerza para reponerse ante cada nuevo inconveniente resulta admirable. Puede que el guión se ensañe un poco con ella (algunas situaciones resultan tragicómicas) y que se enfatice una subtrama con sus alumnos que no tiene demasiada injerencia, pero la tensión generada en más de un pasaje y la gran performance de Margita Gosheva logran que el saldo final de La lección sea positivo.
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