Por Hernán Cortés
Cinco años después de Un cuento chino, Sebastián Borensztein y Ricardo Darín vuelven a trabajar juntos. Kóblic, el film que reúne nuevamente a director y actor, da lugar a la polémica ya que trata sobre un piloto del ejercito (el Kóblic del título) que, en uno de los llamados vuelos de la muerte, se resiste a abrir la compuerta del avión por donde arrojan a los prisioneros. Esta rebeldía, sin embargo, no lo redime. En lugar de denunciar estas prácticas en los organismos de Derechos Humanos, Kóblic se fuga hacia adelante: temeroso de un tirón de orejas por parte de sus superiores, se recluye en un pequeño pueblo del interior donde no pasa inadvertido, sobre todo para el comisario Velarde (interpretado por Oscar Martínez) y para Nancy (la española Inma Cuesta). Allí tendrá que convivir con su pasado y deliberar sobre su futuro.
Darín, Borensztein y Martínez, durante la presentación (Foto: Rox Mariani) |
"Kóblic es un personaje de ficción. No sabemos si hubo esos casos de arrepentimiento. Es un tipo que entra en una contradicción que es parte del horror de aquella época. No lo reivindicamos, porque en vez de denunciar esto, decide hacer algo tan malo como lo que hizo: huye", contó Borensztein luego de la proyección para la prensa, el viernes pasado. "Cuando uno construye un personaje no hay que juzgarlo sino intentar ver cómo piensa. En este caso, jugué con la idea de que este tipo, que está próximo a su retiro, no se había enfrentado realmente con esta situación", precisó Darín. "Si lo observás, es un personaje austero porque tiene que arrastrar un peso grande en su conciencia. No queríamos justificarlo porque no es un héroe", agregó el actor. "Es un personaje de cine negro metido en una estructura de western", definió Borensztein.
Sobre su interpretación, un comisario que maneja el pueblo como un patrón de estancia, Martínez comentó: "Cuando Sebastián me mandó el guión le dije que era para otro actor, pero me terminó convenciendo. Mi imaginación hizo el resto. Velarde es un tipo abyecto, rechazable, que siempre usa la misma ropa. Yo tenía que desprenderme de mi forma de hablar y pensar en ese tipo para encarar el personaje".
Kóblic se rodó durante dos meses en un paraje cercano a San Antonio de Areco y coincidió con una feroz inundación que azotó al pueblo. Sin embargo, aclaran los responsables, hubo mucha gente del lugar que los ayudó a sortear los inconvenientes. Algunos de ellos formaron parte de la película en roles secundarios. "Tengo buen ojo para elegir y el requerimiento fue, además de la solvencia actoral, que sea gente autóctona. Queríamos mostrar cómo la dictadura también impactó en los pueblos chicos", explicó el director.
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