Por Hernán Cortés
Para quienes no estén familiarizados con la religión puede que la Iglesia Valdense no les suene de nada. Suerte de ala reformista del catolicismo, se trató de una comunidad de campesinos que tuvo su auge durante el siglo XVII en los valles piamonteses de Italia. Entre sus propuestas de avanzada (fue considerada la primera iglesia protestante de la historia), los valdenses impulsaron el matrimonio homosexual, la eutanasia y el aborto, lo que les costó la persecución y el éxodo hacia otras regiones del mundo.
El peruano Marcel Gonnet indaga sobre la actualidad del movimiento a partir de la restauración de una emblemática película muda de 1924, Fideli per secoli, que reconstruía los avatares valdenses en clave de ficción. El film estaba destinado a difundir los principios de la comunidad pero fue prohibida por el fascismo imperante de aquellos tiempos. Intercalando fragmentos de la cinta -conservada en impecable estado- y testimonios de autoridades e historiadores, el documental logra poner luz sobre esta institución que, luego de 850 años, aún sigue vigente. La mayoría de las entrevistas tienen lugar en Italia y la fotografía entrega unos espectaculares paisajes donde la iglesia fue forjada.
Aunque la abundancia de información de la que se nutre la primera parte del documental pueda llegar a desconcertar al espectador, la epopeya valdense (su "herejía", su lucha contra el poder establecido, su supervivencia) se hace apasionante con el correr de los minutos y logra mayor cercanía cuando la acción se traslada a Argentina y Uruguay, países con colonias valdenses activas. Es allí donde, mediante el registro de ceremonias y obras de teatro, la película establece un puente entre el presente y aquella resistencia medieval. En una semana atiborrada de estrenos de todos los colores, una curiosidad a la que vale la pena prestarle atención.
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