Lejos del tentador recurso de presentar a los candidatos como “gente común”, la cámara de Christopher Murray capta mediante planos fijos pequeñas viñetas de marketing político, como una editora analizando un gesto de Bachelet para un spot o un grupo de cyber militantes deliberando cuál será el mejor tuit para lanzar a Matthei. Pero también hay lugar para los aspirantes menos populares, y es ahí donde el film, si bien nunca abandona su objetivo primario de mostrar la trastienda del proselitismo, se permite momentos cercanos al absurdo, como cuando otra candidata mujer -”una morocha entre dos rubias”- debe darse a conocer en una clásica timbreada o la preocupación de un ex animador devenido en presidenciable por que su jopo luzca bien en un debate.
Propaganda refleja un momento social determinado, en el que las campañas presidenciales tuvieron a las revueltas estudiantiles (sin dudas, “el” tema de agenda presidencial en Chile) como telón de fondo, al mismo tiempo que los consejeros políticos debieron desvivirse para captar votantes (en Chile el voto no es obligatorio y las últimas elecciones presentaron una altísima abstención). El mérito de la película es evitar regodearse en posibles gaffes discursivos para concentrarse en la observación imparcial, donde la lente es un testigo privilegiado y los encuadres muy acertados. Resta un poco la inclusión de algunos diálogos de doñarosismo explicito por parte de gente “de a pie”, pero la película no deja de ser un interesante ejercicio a tener en cuenta para los comicios que están por venir.
Propaganda (Christopher Murray) se proyecta en el marco del Festival de Cine y Derechos Humanos hoy sábado a las 20 hs en el Gaumont y el lunes a las 20:30 hs en el BAMA
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