Transcurridos los primeros minutos de Los insólitos peces gato se
advierte que algo no anda bien en la vida de Claudia. A sus veintipocos años,
la vemos despertar en su cochambrosa habitación y dirigirse casi arrastrando
los pies a su monótono -y alienante- trabajo como promotora en un supermercado
del DF mexicano. En su cara hay frustración y pocas perspectivas a futuro. Pero
esa existencia gris da un vuelco cuando, en la guardia de un hospital, Claudia
conoce a Marta, una mujer internada cuya vida -a pesar de estar rodeada de
cuatro hijos- tampoco es un lecho de rosas.
Con un exitoso paso por el
Festival del Mar del Plata el año pasado (fue elegida Mejor Película
Latinoamericana), Los insólitos peces gato está basada en una experiencia
de Claudia Sainte-Luce, su directora. No en vano bautiza a la protagonista
con su nombre de pila. Y la Marta de la película está inspirada en una Marta
real, portadora de HIV, a quien Sainte-Luce la conoció en sus dos últimos
años de vida. Si bien se trata de un homenaje personal, el film está tan bien
trabajado y tan lejos de los golpes bajos que genera inmediata empatía.
Volviendo
a la trama, cuando Claudia apareció en su vida, Marta se estaba muriendo. No
tardan en simpatizar, ya que, posiblemente, no las una el amor sino las
carencias (de contención, de estabilidad, de horizontes). Inmediatamente,
Claudia pasa a formar parte de la tribu de Marta, compuesta de tres chicas
entre la pubertad y la adolescencia y un menor, y cuando se quiere dar cuenta,
está conviviendo con ellos. Claro que esto generará algunas rispideces
iniciales, sobre todo por parte de la hija mayor, quien ve en peligro su
“territorio”.
La familia de Marta está a un paso de poder calificarse
como disfuncional (las chicas la quieren y la cuidan, pero no están lo
suficientemente maduras). Así y todo, Claudia -que también carga su propia
cruz, como se develará- emerge como la mas cuerda en ese universo ciento por
ciento femenino y tomará a esa familia como una causa personal, quizás como el
sentido de su propia vida.
El dolor sobrevuela la hora y
media que dura Los insólitos peces gato, pero la habilidad
de Sainte-Luce reside en no regodearse y mostrarlo desde una distancia
sutil (el virus es apenas mencionado). Estamos, ante todo, frente a un film de
vínculos, de amistad, de crecimiento y, por qué no, también de esperanza, aún
ante lo inevitable.
Los insólitos peces gato se estrena el jueves 31 en las siguientes salas:
Lorca, BAMA Cine Arte,
Artemultiplex, Del Centro (Rosario)
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