Apenas
una hora, un par de planos y unos diálogos sólidos le bastan a El tercero para convertirse en una de las
películas locales más innovadoras en lo que va del año. Sin embargo, lo que
puede suponerse novedoso en realidad ya no lo es tanto. Con un contexto social
más ameno (en el que influyó la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario) y
la existencia de dos festivales temáticos, filmar la homosexualidad dejó de ser
un tema tabú en nuestro país. A eso hay que sumarle el aporte de directores
como Marco Berger y Liliana Paolinelli, quienes abrieron una brecha respecto a
la diversidad sexual en el cine (casualmente, Paolinelli estrena mañana Amar es bendito).
El tema de la segunda película de Rodrigo Guerrero (El invierno de los raros), entonces, no es nuevo,
pero sí su tratamiento. De hecho, el film parte de una anécdota bastante
simple. El “tercero” del título es Fede, un veinteañero que es invitado a
participar de una menage a trois con
una pareja gay mayor en el departamento de éstos. El imaginario social supone
probable -y, es cierto, lo avalan algunas noticias policiales- que estos
encuentros terminen en tragedia (más aún si los protagonistas se conocen por
Internet). Pero El Tercero, a
pesar de su corta duración (65 minutos), no debe tomarse como un capítulo del
recordado unitario Tiempo Final.
Menos es mas parece ser la
premisa de Guerrero, que se vale de escasos recursos pero los utiliza con una
efectividad sorprendente. Prueba de esto es la secuencia inicial, donde la
pantalla muestra diez minutos de chat en tiempo real, en uno de los comienzos
mas riesgosos -y desconcertantes- que se recuerden, al menos en el cine
nacional. Misma economía se maneja en la estructura dramática, resuelta en gran
parte gracias a dos extensos planos fijos con cámara subjetiva. Allí se
condensa lo mejor de El tercero, despistando
a quienes puedan pensar que, en una cita de estas características, los
implicados van directamente al grano, es decir, a la cama. Habrá, sí, una
escena de sexo explícito que nada tiene que envidiarle a La vida de Adele, pero
los diálogos previos son un lujo. Tras la incomodidad del principio, el trío
(Carlos Echevarría, Emiliano Dionisi y Nicolás Armengol, impecables) irá distendiéndose
y confesará fantasías, sentimientos y miserias. Y al otro día, algo habrá
cambiado en ellos.
¿Que por momentos Guerrero abusa
de cierta teatralidad? Puede ser. ¿Que quizás pudo contar lo mismo en un corto?
Es probable. Así y todo, El tercero no
deja de ser una pequeña gran película.
El tercero se estrena este jueves 3 en las siguientes salas:
-BAMA Cine Arte
-Cine Gaumont.
-Cine Gaumont.
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