El otro hermano (Argentina/2016). Dirección: Israel Adrián Caetano. Elenco: Leonardo Sbaraglia, Daniel Hendler, Ángela Molina, Pablo Cedrón, Alian Devetac, Alejandra Fletchner, Pablo Cedrón, Erasmo Olivera. Guión: Israel Adrián Caetano, Nora Mazzitelli (basado en la novela Bajo un sol tremendo, de Carlos Busqued). Fotografía: Julián Apezteguía. Edición: Pablo Barbieri. Sonido: Catriel Vildosola. Distribuidora: Cine Tren. Duración: 95 minutos. Salas:
Por Hernán Cortés
Y un día "volvió" Adrián Caetano. Tras un periodo de temáticas y estéticas alejadas del universo de sus primeros films -con resultados, hay que decirlo, un tanto fallidos (Francia, Mala)- y un trabajo por encargo que quedó trunco (el nunca estrenado documental sobre Néstor Kirchner), el director de Bolivia y Un oso rojo resignifica en El otro hermano aquellas atmósferas de antaño, con zonas de tensión social, violencia explícita y personajes que transitan los márgenes legales. Pero, por sobre todo, Caetano recupera un espesor y un vigor narrativo que parecían olvidados.
Si bien está basada en la novela Bajo un sol tremendo, de Carlos Busqued, la película prescinde del primer tramo del libro y se mete de lleno en el arribo Javier Cetarti (Daniel Hendler) a Lapachito, una localidad rural de Chaco. Hasta allí se llega este anodino cuarentón, anoticiado sobre el asesinato de su hermano y su madre a manos de la pareja de ésta, un tal Molina, que posteriormente se suicidó. Pese a que no mantenía el más mínimo contacto con ellos, Cetarti verá la tragedia como una ocasión para cobrar un seguro de vida, pero se cruzará con Duarte (Leonardo Sbaraglia), un ex militar amigo del asesino y hombre fuerte del pueblo. En calidad de "albacea" de Molina, Duarte se ofrece aligerarle los trámites del seguro a Cetarti, aunque poco a poco irá involucrándolo con algunas actividades oscuras.
Hábil director de actores, Caetano sostiene gran parte del relato en el talento de Sbaraglia y Hendler, repartiendo eficazmente el punto de vista entre ambos. Cuando se bifurca, sea posándose sobre la abulia de Cetarti o acompañando los "trabajitos" de Duarte, la trama nunca pierde agilidad. Pero, además de los dos protagonistas, también ganan desarrollo los personajes de la española Ángela Molina, que compone a la primera mujer de -oh, casualidad- Molina, y Alian Devetac, suerte de aprendiz de Duarte.
Aunque abundan los planos cerrados, con la lente captando la permanente transpiración de los personajes, el director no se priva de apelar a otros encuadres (por ejemplo, el uso del contrapicado) que le otorgan a este policial negro con descenlace de western -asfixiante casi en su totalidad- algunos instantes de aire fresco. Sí, Caetano está de vuelta, y en plena forma.
lunes, 20 de marzo de 2017
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