Por Hernán Cortés
No se augura una buen cumpleaños para un actor desocupado si los planes se reducen a soportar el mal humor de su mujer, rogar un papel de tercera línea en una publicidad y tener que hacerse cargo de las cenizas de su hermano gemelo, con quien no tenía la mejor relación. Quien padece todas estas situaciones el día que cumple 50 años es Julio Cabrera (Javier Lombardo), actor caído en desgracia que, luego de ser parte de una novela exitosa, nunca más pudo reacomodar su carrera.
Con un tono -narrativo y formal- propio de un telefilme (el director se formó en series y unitarios locales), a la película de Daniel Alvaredo le cuesta despegar de ciertos tics y gags cercanos al costumbrismo, pese al oficio de Lombardo como antihéroe y a algunos diálogos que funcionan. Pero ni siquiera la suma de elementos fantásticos logran otorgarle fluidez al relato, al cual hasta su título parece quedarle grande (resulta exagerado que un par de desencuentros y un desperfecto automovilístico constituyan el peor dia de la vida de alguien). En definitiva, una propuesta más adecuada para el prime time televisivo que para la pantalla grande
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