Primavera (Argentina/2015). Dirección: Santiago Giralt. Elenco: Catarina Spinetta, Nahuel Mutti, Angelo Mutti Spinetta,
Mike Amigorena, Chino Darín
. Guión: Santiago Giralt Fotografía: Tincho Velazco. Edición: Eliane Katz, Andrés Quaranta. Sonido: Jésica Suárez. Distribuidora: Primer Plano. Duración: 86 minutos. Salas:
Por Hernán Cortés
Histriónico, recargado, bizarro, cínico, eufórico. Así es el mundo del cine y el teatro (sus bambalinas, más precisamente) que a Santiago Giralt le gusta retratar en sus películas. No es la excepción Primavera, que integró la Competencia Argentina del último BAFICI (también pesentó Jess & James, de próximo estreno).
Aquí, la trama gira en torno a José (Nahuel Mutti), un dramaturgo salido del closet, y Greta (Catarina Spinetta), su ex mujer y asistente, embarazada de su nueva pareja . Los acompaña una galería de personajes integrada por el hijo de ambos (Ángelo Mutti, que también lo es en la vida real), una excéntrica productora (Moria Casán), la actual pareja de Greta (Mike Amigorena), su ex cuñado (Chino Darín), y la lista sigue.
El nerviosismo y la histeria reinan en esta suerte de clan por algunos inminentes acontecimientos: el nacimiento del hijo de Greta (del cual sospecha que su pareja no es el padre), el estreno de una obra protagonizada por una actriz caprichosa (Luisa Kuliok) y el casamiento entre José y su novio. El punto de vista radica en el chico, a modo de narrador omnisciente, pero el recurso no es todo lo efectivo que correspondería: su voz en off y los diálogos con los adultos suenan forzados en más de una oportunidad (la observación no es tanto para el pequeño Mutti, sino para Giralt, también guionista).
La película cuenta con detalles que le suman puntos (ingeniosos planos secuencias, Casán y Kuliok al borde de la autoparodia, algún que otro gag que funciona), pero son más las veces que cae en el regodeo y en ciertos excesos almodovarianos. Con sus pro y sus contras, Giralt ya es dueño de un estilo propio. Tómelo o déjelo.
Por Hernán Cortés
Histriónico, recargado, bizarro, cínico, eufórico. Así es el mundo del cine y el teatro (sus bambalinas, más precisamente) que a Santiago Giralt le gusta retratar en sus películas. No es la excepción Primavera, que integró la Competencia Argentina del último BAFICI (también pesentó Jess & James, de próximo estreno).
Aquí, la trama gira en torno a José (Nahuel Mutti), un dramaturgo salido del closet, y Greta (Catarina Spinetta), su ex mujer y asistente, embarazada de su nueva pareja . Los acompaña una galería de personajes integrada por el hijo de ambos (Ángelo Mutti, que también lo es en la vida real), una excéntrica productora (Moria Casán), la actual pareja de Greta (Mike Amigorena), su ex cuñado (Chino Darín), y la lista sigue.
El nerviosismo y la histeria reinan en esta suerte de clan por algunos inminentes acontecimientos: el nacimiento del hijo de Greta (del cual sospecha que su pareja no es el padre), el estreno de una obra protagonizada por una actriz caprichosa (Luisa Kuliok) y el casamiento entre José y su novio. El punto de vista radica en el chico, a modo de narrador omnisciente, pero el recurso no es todo lo efectivo que correspondería: su voz en off y los diálogos con los adultos suenan forzados en más de una oportunidad (la observación no es tanto para el pequeño Mutti, sino para Giralt, también guionista).
La película cuenta con detalles que le suman puntos (ingeniosos planos secuencias, Casán y Kuliok al borde de la autoparodia, algún que otro gag que funciona), pero son más las veces que cae en el regodeo y en ciertos excesos almodovarianos. Con sus pro y sus contras, Giralt ya es dueño de un estilo propio. Tómelo o déjelo.
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