Por Hernán Cortés
El documental de Pablo Zubizarreta y Matilde Michanie es un acercamiento a la figura de Grete Stern, fotógrafa alemana radicada en nuestro país que, a base de su innovadora inventiva visual y su preocupación por el detalle, se convirtió en una referente de esta rama del arte durante el siglo pasado. Su trayectoria puede resumirse en cuatro eslabones: su vinculación con la Bauhaus germana, su venida a la Argentina tras casarse con su colega Horacio Cóppola, su participación en la revista Idilio y sus incursiones al Gran Chaco, donde retrata la vida de los aborígenes tobas y wichis.
Con estructura clásica, la película cuenta con una voz en off que repasa la vida de Stern, a la que se suman diferentes testimonios de curadores, historiadores y fotógrafos (entre ellos, Sara Facio) que destacan su importancia en la fotografía moderna. Las imágenes incluyen, claro, varios trabajos de Stern, en los que se puede apreciar la nitidez de sus retratos (Jorge Luis Borges está entre los que fueron capturados por su lente), el ingenio de sus fotomontajes para Idilio (fundamentales para estimular la participación femenina en la sociedad) y el respetuoso registro de las tribus chaqueñas.
Para estar a la altura de la homenajeada, hay un cuidado trabajo de la fotografía del film, cuyos elegantes encuadres muestran los escenarios de la obra de Stern y algunos de los lugares donde se exhibe su material (el MoMa neoyorquino, por ejemplo). Una breve (poco más de una hora) pero valiosa aproximación a una artista que merece ser dada a conocer.
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